El objeto del
siguiente trabajo apunta a aclarar en la medida de la poca información
disponible, quienes pudieron ser los pobladores aborígenes que transitaban
nuestra región geográfica durante la época en que se fundada la primera Buenos
Aires (1536) y hasta la conquista definitiva del desierto (1880).
Decir que los
Querandíes son la población indígena única en nuestra zona es una
simplificación no demasiado aceptable, más aun si no se reconoce su
desaparición como nación a principios del siglo XVII.
En las
sistematizaciones de las culturas presentes en la región en el siglo XVI
figuran preponderantemente las siguientes: querandíes, pampas o tehuelches
septentrionales, chana-timbúes y guaraníes o guaraníes de las islas.
LOS QUERANDIES
Su presencia en
la región que nos ocupa es descripta por los cronistas de la primera fundación
de Buenos Aires. Las investigaciones más serias coinciden en el hecho de que no
era la zona alrededor de Buenos Aires un hábitat permanente sino ocasional
debido al carácter estrictamente nómade de los querandíes. Estos provenían de
la región sur y central de Santa Fe y sur de Córdoba con características de
indios recolectores, cazadores y pescadores. Atraídos por la presencia de los
españoles se sitúan en la región del poblado recién fundado y comienza con los
conquistadores un intercambio, que roto al poco tiempo desencadena un
sangriento enfrentamiento.
Pese a la guerra
a la que fueron impulsados por los españoles, eran bastante hospitalarios, como
lo describen Gaboto en 1526, luego Diego García y aún mismo los cronistas de
Mendoza, expedición a la que proveen de carnes de caza y pescado durante 14
días. Quebrada la región con los españoles (esto seguramente por el abuso en
las demandas de los conquistadores), se produce el día de Corpus Christi, un
sangriento enfrentamiento entre los españoles y una confederación de
aborígenes, seguramente integrada por querandíes pero además indios guaraníes
de las islas charrúas y chana-timbúes.
En la descripción
del soldado bávaro Ulrico Schmidl, integrante de la expedición de Mendoza se
mencionan canoas con gran capacidad de transporte y flechas incendiarias, entre
otros elementos que no empleaban los querandíes. Esto corrobora la probable
coalición aborigen.
Los querandíes no
se reconocían a sí mismos por ese nombre que significa aproximadamente “Hombre
con grasa”, aludiendo a la cualidad de frotarse con grasas. Este nombre había
sido impuesto por los guaraníes y tomado por los relatores españoles.
En la zona motivo
de nuestro relato no se han encontrado sitios arqueológicos o sitios de
contacto hispano-aborígenes (me refiero a Morón-Ituzaingó).
Respecto a sus
hábitos y características solo mencionaremos sintéticamente que eran
fundamentalmente nómades, sin conocimiento de la agricultura hábiles cazadores,
practicaban la pesca y desecado del pescado y recolectores de frutos
silvestres. De buena estatura y robustez, ágiles corredores y con gran
resistencia a jornadas de marcha fatigosas.
Tras el
despoblamiento de la primera Buenos Aires, los caballos dejados por los
españoles se reproducen en cantidad y los querandíes como posteriormente los
pampas, desarrollan una gran cultura del caballo que incorporan a su vida cotidiana. Mencionaremos que las citas y descripciones
que tenemos van desde el año 1526 hasta 1586 pues poco tiempo después se
produce su desaparición total como nación aborigen. Ello ocurre en tiempos del
gobernador Ortiz de Zárate. Este hecho aun no bien explicado podría deberse a
la persecución de los españoles y simultáneamente la araucanización de los
aborígenes puelches de las pampas.
A parar del siglo
XVII en la época colonial y posterior, serán los aborígenes pampas los
protagonistas nativos de nuestra región en estudio. Y lo serán incorporados a
la “civilización” o en su medio natural asolando con malones a las diversas
líneas de la frontera.
LOS GUARANIES
Parece extraño
mencionar culturas guaraníes en nuestra región geográfica, parte de la cual
integra Ituzaingó. Sin embargo diversas fuentes atestiguan la presencia de los
guaraníes de la isla en la costa del Río de la Plata, la zona del Delta y los
cursos de los ríos que cruzaban el territorio en cuestión. Nos referimos al
curso de los ríos Las Conchas (Reconquista), Riachuelo y los arroyos Morón y
Maldonado.
El profesor Oscar
Casas en su historia del partido de 3 de Febrero describe el asentamiento desde
tiempo anterior a la conquista y hasta la segunda fundación de Buenos Aires, de
casicazgos de raza guaraní. Por su condición de labradores, estos aborígenes
buscaban cursos de agua aunque con escasa penetración en tierra adentro.
Se piensa que en
la alta y media cuenca del Río Reconquista y arroyo Morón existían tolderías
guaraníticas. Cultivaban el maíz y la batata, fabricaban utensilios de barro
cocido y tejían mantas y ponchos.
Enemigos
irreconciliables de los pampas que en sus maloqueos depredadores asolaban a sus
sementeras.
Al crearse la
línea de fronteras algunos guaraníes se incorporan a la civilización. Su
presencia está descripta en el cuadro del pintor Moreno Carbonero que
representa con justeza histórica la segunda fundación de Buenos Aires por Juan de Garay.
LOS CHANA-TIMBUES
Estas dos
culturas reconocidas en la margen derecha del río Paraná desde el norte de
Santa Fe y hasta el río de la Plata ya son mencionadas por Schmidl en su relato
de la fundación por Pedro de Mendoza. Está probado que integraron la coalición
aborigen que combatió en Corpus Christi con las tropas del fundador. Así las
canoas (que por cierto los querandíes no poseían) pertenecían en parte a los
chanaes.
Practicaban una
agricultura rudimentaria pero fundamentalmente eran cazadores, pescadores y
recolectores.
LOS PAMPAS
A partir del
siglo XVII nuestra zona tendría un predominio de culturas pampidas.
La desaparición
de los querandíes y el no figurar nombres de sus caciques en los repartimientos
de indios por Garay, es un hecho no bien aclarado. En los alrededores de lo que
hoy es la Ciudad de Buenos Aires vivían los integrantes más meridionales. Estos
fueron prácticamente exterminados por los españoles. En 1661 se menciona la
última reducción indígena cercana a nosotros sobre el río Luján.
Recordemos que en
1538 Juan Ruiz de Ocaña combate a las huestes del cacique Telomián, provocando
el hecho de armas que daría origen al nombre de La Matanza, se supone en una
zona de cuatro leguas de la desembocada del Riachuelo.
En 1590 se
reclama a la Corona la introducción de esclavos negros pues ya no había
alrededor del puerto de Buenos Aires, indios para realizar las tareas
subsidiarias habituales.
A partir de aquí
serán los genéricamente llamados pampas-tehuelches del Este con fuerte
influencia araucana, los protagonistas con sus malones de la lucha por la
subsistencia. La línea de frontera con el indio será sucesivamente desplazada
hacia el sur.
Recordemos como
hecho anecdótico e ilustrativo que el último malón pampa en nuestra región es
citado en 1740, llegando a una zona próxima a Merlo.
En la época
colonial parte de los indios pampas pacificados se incorporan a la actividad
cotidiana en los pueblos o ciudades intercambiando sus productos con nativos
blancos y españoles.
CONCLUSION
Nuestra idea fue
imaginar la presencia aborigen en la época de la Conquista con culturas y
naciones habitualmente poco mencionadas en las proximidades del Río de la
Plata.
La fuerte
araucanización de los indios de las pampas debe ser seguramente causa del
desplazamiento de otros aborígenes que incursionaron en esta región.
No queremos
finalizar esta breve síntesis sin mencionar la indiscriminada persecución por
parte de los conquistadores primero y naturales del país y luego, que saquearon
el aporte cultural y humano de nuestros primitivos pobladores: los aborígenes.